Tras la caída de un pedazo de mampostería, hace una semana, en la iglesia Catedral, comenzaron las obras de su puesta en valor. Los trabajos se iniciaron con un estudio de suelo a cargo de especialistas del Departamento de Estructuras de la Facultad de Ingeniería de la UNT. “Los expertos exploraron a un nivel de 15 a 30 metros de profundidad, donde encontraron una capa arenosa que demuestra que por allí pasaba el río Salí, hace más de una centuria”, adelantó el párroco de la Catedral, el padre Marcelo Barrionuevo. Los resultados del estudio estarán listos dentro de dos meses.
El sacerdote resaltó la importancia de que antes de fines de 2015 quede terminada la remodelación de la iglesia matriz. Ya se sabe que al año siguiente, en 2016, Tucumán será sede del Congreso Eucarístico Nacional y que probablemente vendrá para esa oportunidad el papa Francisco, aunque todavía no ha sido confirmado oficialmente. De todos modos, será un año clave por el bicentenario de la Declaración de la Independencia.
Mientras duren las obras, la Catedral no cerrará sus puertas. Solamente se cubrirán las partes que deban ser restauradas en ese momento, pero el resto seguirá habilitado para los fieles. “Como se hace con las grandes iglesias en Europa, en Tucumán pondremos una imagen gigantesca de la fachada, sobre todo para muchos turistas que no la conocen”, explicó el sacerdote.
El padre Barrionuevo reconoció que la caída de un trozo de moldura sobre la vereda -que felizmente no impactó sobre ninguna persona- aceleró el inicio de los trabajos. “Se estaba esperando que pase la temporada de lluvias para comenzar la tarea”, acotó el sacerdote. No obstante, el imprevisto precipitó el inicio de la recuperación del edificio inaugurado en 1856.
La construcción tiene problemas estructurales en las dos torres del campanario y presenta grietas en las naves laterales. El padre Barrionuevo recalcó que la estructura sufre el movimiento de suelo propio de la zona céntrica. “No nos olvidemos de que en todo el sector se ha encontrado agua subterránea, como ocurrió en la Casa de Gobierno, el ex Banco Provincia y el edificio del Banco de la Nación, donde hay una bomba permanente. También hay agua en la cripta de San Juan Bosco, que ha necesitado ser canalizada. Por suerte no tenemos agua subterránea en la Catedral”, remarcó.
Las etapas
El segundo paso, después del estudio de suelo, será la recuperación estructural del edificio y la recuperación de las pinturas. Pero antes, se iniciará el proceso de licitación. “Esperamos que la empresa que asuma el trabajo de la Catedral realice un trabajo simultáneo. Por ejemplo, que arreglen techos y pinturas al mismo tiempo, para que la obra no se extienda en el tiempo. Queremos comenzar el año del Bicentenario con la Catedral a nuevo”, anhela el religioso.